No te cambian por algo mejor, si no por algo más fácil.

Tendemos a lo sencillo, a lo simple, a no complicarnos. Coger el camino fácil que nos lleve rumbo directo a la felicidad. No siempre es así. ¿Por qué conformarnos, pudiendo tener todo lo que queremos? Quizás porque implica un poquito más de esfuerzo. Supongo que hay gente que considera inútil luchar por algo que aparentemente no tiene mucho futuro, gente que piensa que el esfuerzo no merecerá la pena o que tiene miedo a dar sin recibir, y que entonces optan por lo fácil. Sin embargo a mí me gusta luchar por lo que quiero. Cuando en esa lucha estás acompañado, todo es más fácil y los problemas se ven un poquito más pequeños. Sin embargo, cuando luchas tu sólo, pueden terminar pisándote. Esta era nuestra lucha. Una lucha, en la que estábamos tú y yo contra el mundo. Ahora, sin embargo, sois el mundo y tú, contra mí. Abandonaste nuestra guerra y me dejaste sola. La abandonaste por no querer hacerle frente a unos kilómetros, a lo que la gente pensara. Porque no quisiste hacerle frente a tu pasado, a tus recuerdos. Por no querer olvidar y comprender, que quizás si lo hubiéramos intentado, todo hubiera salido bien... Quizás todo haya sido culpa, corazón, de tu corazón cobarde.