Todos sentimos dolor. Nadie es vulnerable a el, porque no somos "super héroes" ni nada parecido. Dolor de cabeza, dolor de barriga. Fiebre, o quizás un buen golpe, todos lo hemos sentido. ¿Frente al dolor de cabeza? Paracetamol basta. ¿Fiebre? Ibuprofeno, y pasa. ¿Un golpe, una herida? Una buena crema, quizás una escayola y punto. Pero,
¿qué ocurre cuando lo que te duele, es el corazón? No existen pastillas, cremas ni ningún antídoto o remedio que te haga sentir mejor. Cuando la herida del corazón es profunda, cuando has tragado tanta mierda... es incluso el peor de los dolores, y sí, si tiene remedio, el único remedio conocido frente a un corazón roto, es el tiempo para cerrar tu herida. El problema es que el tiempo es caprichoso, cuando estabas con él todo pasaba tan rápido... y ahora parece como si un día durara años. Lágrimas en tu almohada, un paquete de pañuelos (o más de uno) gastado, los ojos hinchados y terminar por dormirte a las tantas de la madrugada, quizás por el agotamiento de tanto llorar, son los principales síntomas. Y en lugar de disminuir, este sentimiento, el vacío que sientes por dentro, toda la carga que tienes encima... no baja, va incluso a peor. Joder te echo tanto de menos. El remedio de esta herida sería tenerte de nuevo conmigo y no perderte nunca. Pero ya es hora de abrir los ojos. Se ha terminado, no va a volver y punto. Sólo queda darle pie al tiempo, dejarle que actúe y cure esta herida, llevar acabo eso que ahora mismo veo como un puto imposible,
olvidarte.
+ ¿Por qué ya no lloras? ¿Ya no le echas de menos? ¿Te has olvidado de él?
- Los muertos no lloran.
+ Pero, tú no estás muerta.
- Puede que no, pero ¿acaso de puede vivir con medio corazón?
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