Y un día, como otro cualquiera, apareció él, cambiando tus planes. No entraba en ellos, no le esperabas. No entraba necesitar hablar con él a cada instante, oír su voz. Querer ver siempre el brillo de sus preciosos ojos verdes, necesitar su sonrisa para ser tú feliz. Que si a él le pasaba algo, tú ya no sonreías de la misma forma. Depender como una completa imbécil de él. Poco a poco los sentimientos aumentaban, era como una droga. A lo bestia. Y cada vez necesitas más, más, y más. Y de repente, igual que llegó sin avisar, también desaparece. Es cómo si te quitaran tu droga y no pudieras encontrar más. Y la necesitas. Necesitas sus te quiero, necesitas sus besos, necesitas sus abrazos, le necesitas a él. Pero no está, se ha ido. Él ya se ha desenganchado. Y ahora, por desgracia, te toca a ti. Te toca volver al principio, a volver a vivir sin necesitarle... y esa es la parte más jodida de la historia.
SERENDIPIA. Hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta.
Te convenceré con millones de sonrisas:)
Todo lo que hay escrito en este blog, ha sido escrito por mí -a no ser que se indique lo contrario- producto de mi cabeza y de mis sentimientos NO LOS VUESTROS. Con esto quiero decir que disfrutéis de lo que escribo, pero que no lo copiéis como mérito propio. Gracias a todos simplemente por entrar.
"No me digas que el cielo es el límite si hay pisadas en la Luna"
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Que hermoso tu blog... ;)
ResponderEliminarmuchas gracias ^^ un beso <3
ResponderEliminarUna de las entradas con las cuales me he identificado más. Te quedó genial ^^ y me gusta aun más porque a mi me ha pasado eso.
ResponderEliminarTienes un blog hermoso:
Gracias por pasar!
Que si a él le pasaba algo, tú ya no sonreías de la misma forma.
ResponderEliminarMe encanto esta nota!
ES MUY TIERNA, ya te sigo linda,
besito
:) muchas gracias por el comentario y por seguirme Antonella, un beso <3
ResponderEliminarMe alegro de que te guste Charlotte, un besazo <3