¿Alguna vez te has parado a pensar las veces que has perdonado a alguien, aunque no lo mereciera, tan sólo para no perderle? Están esas personas que siempre serán tu debilidad. Que por muchas veces que te fallen tu serás incapaz de fallarle a ellas. Que por mucho daño que te hagan, jamás encontrarás la forma de odiarlas, ni de guardarles ningún tipo de rencor. Y llega un momento en el que son tantas decepciones, que ni si quiera duele. Tan sólo te aburren. Sin darnos cuenta intentamos poner remiendos a aquellas relaciones que se rompen. Les damos capas de pintura para aguantarlas un poco más, un poquito más.. y no nos damos cuenta de que los cimientos siguen siendo los mismos. Y que en cualquier momento no aguantarán tanta carga.. y dicen que las cosas caen por su propio peso. Y probablemente termine por desplomarse. Aunque duela, aunque te pares a pensarlo y no encuentres un motivo, por muy increíble y tonto que te parezca... hay cosas que inevitablemente tienen un final, y que por mucho que intentes retrasarlo, por mucho que odies los finales.. terminará llegando.
SERENDIPIA. Hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta.
Te convenceré con millones de sonrisas:)
Todo lo que hay escrito en este blog, ha sido escrito por mí -a no ser que se indique lo contrario- producto de mi cabeza y de mis sentimientos NO LOS VUESTROS. Con esto quiero decir que disfrutéis de lo que escribo, pero que no lo copiéis como mérito propio. Gracias a todos simplemente por entrar.
"No me digas que el cielo es el límite si hay pisadas en la Luna"
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