Te recuerdo postrada en la cama. Mi mirada infantil desviada. Te veía y no concedía el drama. Cáncer. ¿Cómo entender tu suerte? ¿Cómo entender que otros niños se asustaran al verte? Entre las sábanas blancas, tu piel confundida en ellas. Te giras, y después me miras y sonríes con bella virtud. Doncella enferma que destella gratitud por cada poro, mi gran tesoro. Un ángel a quién Dios nombró. Futuro puro que el destino arrebató, no puedo evitar llorar al recordarte a veces, si en mis sueños apareces me proteges del frío. Si me ves entre el gentío sientes mi vacío y hablas, palabras de esperanza que sólo tu danza irradia. No puedo evitar llorar, dejar brotar mi rabia, no puedo perdonar al azar su fragilidad infringida, que un capricho de la vida te dejara herida. El tiempo pasa tan rápido que hasta el dolor se olvida, maldigo a quién te negó el regalo de sentir el sol. Maldigo a esta existencia endeble que nos envuelve en fiebres de un terror que hierve porque pierde a lo que se ama pero tu llama aún derrama cera en mi recuerdo, y en este corazón latiendo te conservo porque eres mi ángel. Somos hijos de un Dios menor, remendamos cada error dibujando en nuestras mentes un mundo mejor, y no es sencillo sacarle brillo a la conciencia cuando la experiencia echa el pestillo al corazón y mata. Si la inocencia escapa por el mal que se desata dentro y los vientos de tormento quitan el aliento. Cuando miro alrededor y no te encuentro, siento que algo de mí también partió en aquel momento. De tu adiós precoz, tu cuerpo frágil se derretía veloz, no te defendía del ataque atroz del tiempo que lo consumía y en mi melancolía le cuento al mundo que exististe un día, que se te quería tanto como el ángel que tu fuiste. Sé que me resguardas del peligro y que estás orgullosa. Quiero contarte tantas cosas, pero me ahogo de tanto pensar como sería la vida sin aquel mazazo, poder charlar, sentir tu abrazo y tu perfume, ver los lazos que nos unen a la eternidad, pero ¿quién es inmune a la inclemencia de esta realidad y asume su tortura sin quejidos? ¿Quién no ha sufrido la falta de un ser querido? Qué se va sin haber vivido, sin haber sentido... tu recuerdo sigue vivo.
Nach - Ángel ¿Quién no ha sentido la ausencia de un ser querido? ¿Quién asume la realidad sin quejidos? Te echo de menos.
SERENDIPIA. Hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta.
Te convenceré con millones de sonrisas:)
Todo lo que hay escrito en este blog, ha sido escrito por mí -a no ser que se indique lo contrario- producto de mi cabeza y de mis sentimientos NO LOS VUESTROS. Con esto quiero decir que disfrutéis de lo que escribo, pero que no lo copiéis como mérito propio. Gracias a todos simplemente por entrar.
"No me digas que el cielo es el límite si hay pisadas en la Luna"
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