Tú sonrisa, de la que vivo enamorada, la que ilumina cada instante ; y ser yo quién la provoca es un motivo. La mía. Esa típica sonrisa tonta que sólo tú logras sacarme, es un motivo. Tus palabras, tus gestos, tus miradas, nuestros silencios, son un motivo. Recordar cada momento juntos y pensar en todos los que nos quedan por vivir, juntos, es un motivo.
Está claro que luchar es complicado, y que a veces no vemos razones para seguir y creer pero...
¿hay mejor motivo para luchar, que tú?
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