- Dime.
+ La próxima vez que llores por mí, será de felicidad. Porque no hay nada que me duela más, que escucharte a ti llorar.
Te hice esa promesa, pero debo decirte que no la he cumplido. No puedo evitar recordar cada noche cada uno de nuestros momentos juntos, cada una de tus palabras dulces, no puedo evitar pensar en un nosotros, en un nosotros donde no quepa nada que pueda separarnos. Pero no puedo vivir en una mentira, y las lágrimas infieles escapan por momentos. Créeme, estoy cansada de llorar yo quiero cumplir mi promesa, pero no me puedes pedir que no llore, ni sufra por ti, cuando sabes que eres el principal motivo de mis lágrimas y cuando sabes que lo único que necesito para volver a sonreír (sin fingir la sonrisa, que eso si lo hago) es que me digas: te quiero cariño, sólo a ti y pase lo que pase.
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