Alguien llega, pero no para quedarse.
Y, de repente, algo tan bonito termina, y acabas viéndolo tan tan lejos, que incluso cuesta creer que en algún momento, aquello tan bonito, hubiese sido tan real. Como si nunca hubiera tenido la suerte de que te cruzaras en mi camino para recordarme lo guapa que estaba incluso sin maquillar, para cogerme de la mano al caminar y acompañarme hasta mi portal. Como si nunca hubieras escuchado los dramas de mi caótica vida, cómo si nunca hubieras puesto algo de orden. Como si nunca me hubiera perdido mirándote a los ojos, como si nunca hubiera tenido ganas de comerte a besos.
Como si nunca tú, aquí, conmigo...